jueves, 9 de diciembre de 2010

Tiburón ballena.

Bueno pues ayer vi en el canal Odisea un programa sobre los tiburones ballenas y hablaron sobre un programa de búsqueda de estrellas y galaxias que han modificado y ahora usan para identificar a los distintos tiburones ballenas por los patronos de sus manchitas blancas que según dicen,son como nuestras huellas dactilares.Aquí les dejo una información que encontré para que la lean si les interesa.
Y prometo escribir más sobre estos increíbles peces y les contaré más detenidamente sobre el programa ya que estuvo bastante bien.Dios,¡mi sueño es encontrarme con un tiburón ballena!(qué bien que se pasen por Canarias de vez en cuando).Ah,hay algo que me resultó gracioso,en el programa se refirieron a ellos diciendo que son,¡los más glotones del océano!.Normal,con esa gran boca que tienen como para no serlo.

Un programa de computación desarrollado por astrónomos para la búsqueda de estrellas y galaxias podría ayudar a salvar de su extinción al mayor de todos los peces, el tiburón ballena.
La piel manchada del tiburón ballena se parece a un cielo estrellado, con marcas de color amarillo claro sobre una piel gris oscura. Los científicos descubrieron que el programa, desarrollado para localizar objetos celestes al compararlos con patrones conocidos, podría ser utilizado para la identificación de tiburones ballena individuales basándose en estas marcas propias de cada uno de ellos.
“Este es un ejemplo de cómo la tecnología espacial encuentra una aplicación importante aquí en la Tierra”, dijo Zaven Arzoumanian del Centro Goddard de Vuelo Espacial de la NASA en Greenbelt, Maryland, quien trabajó en el proyecto junto al biólogo marino australiano Brad Norman y al programador Jason Holmberg.
“El contraste entre las manchas blancas con la piel oscura de estos animales está bien adaptado para una técnica de visión mecanizada conocida como “extracción de manchas”, que mide las dimensiones y la localización de puntos de un mismo color, dijo Arzoumanian.

La identificación fotográfica de tiburones ballena a través de su patrón “de huellas dactilares” de puntos así como de otros marcadores, ha sido posible durante mucho tiempo. Para esto, se utiliza el patrón de la piel detrás de las agallas, así como las posibles cicatrices y otras marcas que tenga cada individuo.
Pero hasta ahora los científicos no habían podido explotar todo el potencial de esto porque, aunque los tiburones ballena son escasos, sí hay suficientes de ellos como para que su identificación ocular sea imposible, dijeron los investigadores.
El programa de comparación de patrones automatiza el proceso, disminuyendo drásticamente la carga de trabajo.
La nueva técnica implica fotografiar a un tiburón, después de lo cual el mismo es “etiquetado virtualmente”. La investigación puede ayudar a los científicos a aprender hechos como la velocidad de crecimiento de los tiburones, a qué edad se convierten en adultos y su comportamiento alimenticio, dijo Norman.
El trío de investigadores organizó una biblioteca de foto-identificación de tiburones ballena conocida como ECOCEAN para actuar como un depósito de fotografías de estos peces, obtenidas tanto por investigadores científicos como por submarinistas y turistas. EOCEAN es mantenida y utilizada por biólogos marinos que recogen y analizan datos de encuentros con estas asombrosas criaturas a los efectos de aumentar el conocimiento que tenemos sobre ellas.
“Las implicaciones de esta técnica de identificación por computadora y de una biblioteca fotográfica con base en la Internet para el manejo y conservación de los tiburones ballena podrían ser muy profundas”, dijo Norman.
Sin un mayor conocimiento sobre el tamaño de la población, de la estructura y de la evolución de una especie migratoria como el tiburón ballena, resulta imposible saber si los esfuerzos de conservación debieran ser dirigidos local o internacionalmente, o si las reservas marinas están protegiéndolos efectivamente.
Los tiburones ballena están listados por la Unión Conservacionista Mundial como “vulnerables a la extinción”. De hasta 12 metros de largo y 15 toneladas de peso, estos animales viven principalmente en el cinturón de aguas tibias al norte y al sur del ecuador. Son nadadores lentos (no más de 5 kilómetros por hora) y se trasladan moviendo todo su cuerpo, y no solamente la cola como hacen otros tiburones.


Los tiburones ballena, si bien poseen casi 3 000 dientes diminutos, son totalmente inofensivos para los humanos e indiferentes a los buceadores que se les aproximan, ya que se alimentan filtrando su comida (que consiste en enormes cantidades de plankton) con sus agallas, en lugar de morderla.



Fotos de ejemplos de la identificación,encontradas en la web ECOCEAN:



Wow,me parece increíble,me encantaría ver ese programa y bueno,yo prometo que si algún día tengo la suerte de encontrarme con alguno,sacaré fotos para mandarlas a la página :) .

 

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Hoy,voy a dejar un fragmento de un libro y espero que les guste tanto como a mí.

Cuenta el milagro que San Agustín caminaba por la playa, absorto en sus dudas, cuando se tropezó con un niño que recogía con una concha,agua del mar para verterla en un hoyo.San Agustín le preguntó lo que hacía.A la pregunta del santo, respondió que pretendía meter todo el mar allí dentro. San Agustín le hizo ver lo inútil de su empeño; a lo que el niño, transformándose en un ángel, le replicó que, del mismo modo que era imposible meter el mar en un agujero, también lo era que él se empeñara en tratar de comprender los misterios de la Creación.
¿Es un libro un agujero? ¿Se puede encerrar el mar dentro de un libro? Si pudiésemos reducirlo a un número incontable de imágenes y palabras ¿podríamos leerlo? ¿Olería a mar o a papel de imprenta?
Sólo el asombro y la humildad ante el inmenso mar pueden ayudarnos a comprenderlo mejor. Ha habido hombres, obsesionados por sí mismos, que han querido adueñarse de él: construyendo barcos gigantes, levantando ciudades sobre sus costas… Hombres que tratan, inútilmente, de caminar sobre las aguas. Ha habido otros, apasionados por la vida, que no han intentado ni encerrarlo ni someterlo, sino hacerlo más comprensible, acercándonoslo mediante la pasión de sus obras. Hombres como Cook, Verne, Melville, Alberti o Cousteau, que trataron de esbozar su visión del mar, troceándolo para explicárnoslo mejor. Amantes que mezclaron pasión y estudio para aproximarnos al mayor ser vivo de la Tierra. Ése es su gran hechizo: permanecer impasible e inexpugnable a los vanos intentos del hombre por encerrarlo en un hoyo y reducirlo a cenizas.
El mar es el hogar de los que no necesitan patria; de los que cuando tienen frío se desnudan y cuando quieren hacerse oír, callan. Mar es una palabra que al pronunciarla en voz alta la boca nos sabe a sal. Lo miramos hechizados, ansiosos, siempre esperando algo asombroso de él. Lo añoramos como si en una vida remota hubiéramos respirado en sus profundidades, aunque ya no logremos recordarlo. El mar es tiempo sumergido en el silencio, tregua que forja hombres que le dedican sus sueños… Hombres que, al final de su vida, nos ofrecen, en el cuenco humilde de sus manos, una bola de luz, celosos de no derramar una sola gota de lo que tanto tiempo les ha costado comprender: que el mar no puede encerrarse en un agujero, o en una sola vida, o en un libro… como el que ahora usted mantiene abierto; un libro que nació de una ilusión: que cuando lo cierre el aire le huela a una brizna de mar.